Red matriarca: mujeres empoderadas
Artesanas del Chaco, la Puna jujeña y Salta comercializan sus trabajos sin perder su identidad ancestral.
Antes de que el sol castigue con fuerza en El Impenetrable chaqueño, Norma y sus compañeras recorren el monte en busca del chaguar, la hoja de palma con la que trabajan en cestería. En el mismo horario, en Abra Pampa, el corazón de la Puna, unas diez tejedoras desovillan lana de llama. A unos cuantos miles de kilómetros de ellas, en un local del barrio porteño de Palermo, un turista francés compra un canasto hecho por manos de mujeres qom del Chaco y se lleva una manta de lana de llama para regalarle a su hermana.
Estas mujeres, que en sus lugares de origen trabajan artesanalmente aplicando conocimientos ancestrales, tienen en común la pertenencia a la red Matriarca, un colectivo de cooperativas y organizaciones que lleva adelante de manera integrada el diseño, la producción, la distribución y la comercialización de diferentes tipos de artículos como alfombras, tapices, carteras, adornos, accesorios, cestería, mantas, ponchos y chales. Si bien las artesanas son asesoradas por un grupo de diseñadores, cada pieza única mantiene intacta su esencia.
Matriarca surgió por iniciativa de la ingeniera agrónoma Paula Marra, oriunda de la ciudad de Buenos Aires, que en uno de sus recorridos por el país advirtió la necesidad que tenían las mujeres de comunidades del norte argentino de explotar su potencial artístico y cultural. “Empezamos con el proyecto en 2013, no fue sencillo. Primero nos organizamos y luego se armaron varias cooperativas que se toparon con algunas dificultades, una de las más importantes fue la comercialización de sus productos en los centros urbano””, cuenta Marra, quien hasta ese entonces se dedicaba solo a brindar servicios a sectores agropecuarios.
Matriarca reúne a más de 3.000 mujeres, en su mayoría madres que residen en el Gran Chaco y forman parte de las comunidades Wichi, Qom, Qomle’ec y Pilagá, Warmi de la Puna jujeña, del grupo de mujeres criollas y de Los Toldos de Salta.
Fueron muchos los cambios que se produjeron en las comunidades desde que se inició el proyecto: mayor grado de alfabetización, acceso a la electricidad, conexión a Internet y mejoramiento en los procesos de los cultivos. Los productos de Matriarca se comercializan en un local propio ubicado en el barrio de Palermo (Bonpland 1970, PB 6, abre de lunes a viernes de 10hs a 18hs.), en el aeropuerto de Ezeiza y a través de Internet. “Nuestra red se propone ser solo un vehículo de distribución y comercialización –concluye Marra–. En Matriarca las artesanas pactan un precio justo para sus productos y a eso luego se le suman los costos de transporte e impuestos”.
Por Ulises Rodríguez / Revista Acción
Para leer la nota completa, hacer click aquí