Los nuevos desafíos de Textiles Pigüé
La cooperativa cuenta con 130 socios trabajadores y lanzó una marca de ropa deportiva.
A casi quince años de la quiebra de Gatic, la cooperativa Textiles Pigüé hoy suma a 130 trabajadores y se plantea nuevos desafíos para seguir con su proceso de crecimiento, en un contexto adverso para las industrias de textiles y calzados.
“Es una responsabilidad histórica. No podemos quedarnos en la fábrica, tenemos que relacionarnos con las otras cooperativas, con las universidades, con el Estado, con el mundo empresario”, señala Francisco Martínez, uno de los fundadores de la cooperativa.
Las tejedurías, tintorería y terminación de la fábrica están equipadas con servicios y maquinas capaces de desarrollar procesos eficientes, eficaces y seguros. “Hoy producimos telas para el sector del calzado, la indumentaria y la industria automotriz, como siempre. Y lanzamos Fibra, nuestra marca propia”, dice Martínez.
Fibra es la marca comercial de prendas y accesorios de uso deportivo, propiedad de la cooperativa. Ofrece colecciones propias, personalizables por los clubes deportivos, gimnasios, instituciones, y demás organizaciones.
Desde Textiles Pigüé, sostienen que la marca cumplió un año “y, regionalmente, nos superó la demanda”. Son prendas deportivas para distintas disciplinas, como el fútbol, rugby, natación, hockey. Tuvieron una gran aceptación en los clubes de la zona, de Bahía Blanca, Monte Hermoso, Olavarría y Coronel Suárez. Ahora buscan ganar mercados en la zona centro de la Argentina, como Buenos Aires, Córdoba y Rosario. Y también en el sur.
“Una de las estrategias es trabajar con las universidades, que también desarrollan muchas disciplinas deportivas. Y también con los municipios. Estamos muy contentos con esa línea, aunque es un contexto muy adverso, pero nos permite sostener todos los puestos de trabajo”, reconoce Martínez.
El referente de la cooperativa dice que “todo el sector industrial, las pymes, las cooperativas, están sufriendo los aumentos de tarifas. Nosotros buscamos dar una mano para que trabajadores despedidos formen sus propias cooperativas”.
Otro de los proyectos que están llevando adelante se relaciona con el armado de una cadena textil solidaria del algodón “muy grande, integral, casi de punta a punta en todo el país”. Integra a productores algodoneros del norte del país, de Chaco y Formosa, las familias cooperativizadas. Se industrializa en Textiles Pigüé y se comercializa en Europa por medio de la Bodega de Comercio Justo. También tenemos la suerte de acompañar la recuperación de una empresa hilandera, que era el eslabón que nos faltaba en experiencias anteriores. Estamos tratando de lograr el acompañamiento del Estado, porque implica muchos puesto de trabajo”, afirma Martínez.