Cooperativa Gráfica La Voz de la Mujer
Desde la Villa 20 de Lugano, produce agendas, calendarios, cuadernos y libros de poesías.
La cooperativa gráfica La Voz de la Mujer eligió su nombre como forma de homenajear a las mujeres que, entre 1896 y 1897, editaron en Argentina el periódico "comunista-anárquico" homónimo. Este emprendimiento de la Asamblea de Mujeres del MTD Lucha y Libertad se desarrolla en la Villa 20, ubicada en el barrio porteño de Villa Lugano.
Nucleada en la Federación de Organizaciones de Base (FOB) y registrada en el INAES como Cooperativa Solidaridad, la entidad produce cuadernos, anotadores y blocks elaborados artesanalmente por las asociadas. “Utilizamos diversas técnicas y materiales, cada cuaderno es único y expresa la creatividad, la elección de colores, formas y diseños que nos representan”, explica la comunicadora Eugenia Lara, una de las asociadas.
Realizan estampas en afiches, series de grabados pequeños sobre temáticas políticas y cuadernos con imágenes bordadas en tela. “Para nosotras, lo personal es político, por eso grabamos en las matrices mensajes feministas como: “Mi cuerpo es mi territorio”, “Yo decido”, o “Si tocan a una respondemos todas””, dice Lara.
Cada año, La Voz de la Mujer lanza su “calendario y agenda feminista y militante”, al que, con el tiempo, le incorporaron técnicas como xilografía, linograbado y monocopias. Asimismo, lanzaron el cuadernillo “Poesía Insumisa 1”, con poemas ilustrados de las feministas Patricia Karina Vergara Sánchez (México) y Melissa Cardoza (Honduras).
Cada tapa tiene un diseño diferente. “A veces armamos un marco dejando un espacio para completar con algún esténcil o con nuestra cholita piquetera, una figura emblemática de la cooperativa”, detalla Lara. Los productos se pueden conseguir a través de las páginas de Facebook “La Voz de la Mujer - Cooperativa Gráfica” y “Feria Nómade”. También en el bar de FM La Tribu (Lambaré 873-CABA) y en marchas y actividades feministas.
La historia de La Voz de la Mujer comenzó a escribirse el 26 de junio de 2003 en los piquetes del Puente Pueyrredón, a partir de la necesidad de repensar las realidades bajo las consignas “Trabajo, dignidad y cambio social”. Muchas mujeres tomaban las calles y eran protagonistas de una lucha donde ponían el cuerpo junto a los varones, pero aún faltaban sus voces. Con convocatorias que pasaban de boca en boca, las asambleas dieron origen a un espacio para discutir sus problemáticas. Actualmente son alrededor de 10 las mujeres asociadas. La mayoría de ellas, migrantes. “La cooperativa nos hace saber que como migrantes hay otras alternativas de trabajo que no son la explotación. Organizadas podemos tener más fuerza para enfrentar las injusticias”, dice Lara. Talleres de xilografía y grabado son otras de las actividades de la entidad. Y dado que las asociadas saben la importancia de hacerse oír, también llevan adelante el programa radial Escuchando nuestras voces, que sale al aire los lunes de 11 a 12 por radiopresente.org.ar.
Nota: Ulises Rodríguez / Revista Acción