Productos artesanales con identidad
Soncko tiene su base en el Mercado de Bonpland.
A principios del año 2000, Rosa Zambrano soñaba con un lugar de trabajo que fuera también un espacio “de unión, contención, conocimiento del otro, risas y amor”. Casi dos décadas después, habiendo recorrido un camino tan largo como dificultoso, reconoce que “desde lo colectivo y dejando de lado las ambiciones personales, es posible”.
Fundada en 2015 pero soñada mucho tiempo atrás, Soncko –que significa “corazón” en quechua– es una cooperativa que reúne a diseñadoras textiles, costureras, artesanas/os, artistas plásticas, productores de alimentos y recicladores que reman parejo para que el barco avance en épocas de tempestades. Con talleres de creación en una casona de la localidad bonaerense de Ciudadela y un local de ventas al público en el Mercado Solidario Bonpland de la Ciudad de Buenos Aires, producen prendas tejidas a dos agujas, bordados, hilados, macetas de cerámica, velas, mates, joyería étnica, cactus, alfajores, dulces y delicatessen. En las prendas y artesanías salidas de Soncko está el arte de los pueblos originarios de Latinoamérica con diseños que conectan las tradiciones, ritos y costumbres de las culturas ancestrales.
“A pesar de que ninguno de nosotros es hijo o descendiente directo de pueblos originarios consideramos que ahí está nuestra verdadera identidad y creemos en el intercambio de saberes, el respeto en una nueva forma de relación económica y social centrada en la autogestión, la cooperación, la producción sustentable y la ayuda mutua”, dice Rosa Zambrano, presidenta de la entidad.
Detrás de cada integrante de Soncko hay un recorrido de vida que determinó el encuentro con quienes hoy son sus compañeras y compañeros de trabajo. “Me siento libre para crear y, a la vez, aprendo de las personas que tengo al lado, del intercambio de ideas. Nunca trabajé con patrones y no me imagino hacerlo de otra manera que no sea compartiendo”, dice Melina Ruiz, secretaria de la cooperativa y costurera, ceramista y artista plástica. Mirta de la Fuente es artesana, alfarera, especialista en esencias libres de químicos y socia fundadora. “Sin la vinculación con otras personas que te sostengan y con las cuales intercambiar conocimientos, es imposible salir adelante”, dice.
Facundo Padilla, síndico, es artesano de joyería étnica. “Soncko es un espacio para compartir y no para competir. Es el desafío diario de resolver colectivamente, reunidos y organizados”, cuenta este profesor de antropología que recorrió Latinoamérica sumando conocimientos de las culturas originarias. También integran la entidad Karina Cortéz y Sol Ruiz, las asociadas más nuevas. Se desempeñan en costura y en bordado y en el manejo de redes sociales y tareas de gestión, respectivamente, y ambas señalan que se sienten contenidas por un grupo que se conoce de varios años de trabajo conjunto.
Por Ulises Rodríguez. Leé la nota completa en Acción