Una nueva etapa para el Club Cultural Matienzo
Espacio de referencia de la Ciudad de Buenos Aires, el bar planea convertirse en cooperativa para continuar su nutrida agenda de actividades. Con los protocolos correspondientes, ya volvieron las ferias, muestras y espectáculos musicales en vivo.
Con 12 años de existencia, el Club Cultural Matienzo se ha convertido en un espacio de referencia para proyectos independientes de arte, cultura y comunicación. Con un nombre heredado de la casa fundacional que estaba –efectivamente– en la calle Matienzo, el refugio ubicado hoy en Pringles 1249 ofrece talleres y actividades que van desde lo musical a lo audiovisual, de las artes escénicas a la radio. Sus exposiciones, recitales y festivales lo han convertido en un sitio de referencia para el ámbito cultural de la Ciudad de Buenos Aires.
Ante la emergencia sanitaria y en los meses de cuarentena, «el Matienzo» –como se lo conoce entre los habitués– se sostuvo con dificultad. Como muchos centros culturales, la posibilidad de bajar la persiana estuvo latente, pero decidieron optar por el cooperativismo para mantenerse en pie. «La pandemia fue un golpe fuerte para el sector cultural, un momento de incertidumbre sumado a que veníamos de cuatro años de macrismo que nos dejaron en la lona. Ahora estamos en un momento de transición para que el centro cultural se convierta en una cooperativa», cuenta Claudio Goreman, uno de los fundadores del Club Cultural Matienzo.
En estos momentos están realizando los trámites que exige el INAES para constituirse en cooperativa y preparándose para lo que será una nueva etapa. «Siempre hemos hecho las cosas desde lo colectivo y sin ser una cooperativa propiamente dicha las decisiones se tomaban en conjunto y cuando sobraba un dinero lo repartíamos de modo equitativo», dice Gorenman, que integra la agrupación Abogadxs Culturales y forma parte del Movimiento de Espacios Culturales y Artísticos (MECA).
Buscarle la vuelta
Como la mayoría de los centros culturales el Club Cultural Matienzo debió «buscarle la vuelta» a los tiempos de la pandemia para sobrevivir. En abril de 2020 abrieron un proyecto de recaudación de fondos en la plataforma Ideame a cambio de beneficios a futuro: entradas para obras teatrales, espectáculos musicales, pintas de cerveza y otras comidas. En la actualidad, con la apertura parcial de espacios culturales, están organizando ferias, muestras y recitales en vivo en espacios abiertos con previa reserva por la página web, redes sociales o WhatsApp, así como talleres y obras de teatro a través de streaming. El bar del Matienzo y su oferta gastronómica es otra de las patas fuertes del lugar que, con limitaciones y protocolos mediante, vuelve a recibir comensales.
«La crisis en el sector cultural es muy profunda. La cultura requiere presencia humana y grandes cantidades de personas y nuestro objetivo es que el Matienzo se mantenga en pie y generar puestos de trabajo para los artistas y los técnicos que fueron los que peor la pasaron, en este rubro, en el último tiempo», explica Gorenman.
En esta etapa de transición son alrededor de 10 las y los futuros asociados que, de a poco, están adentrándose en el mundo del cooperativismo para cuando llegue el momento de levantar la mano para expresar una idea, votar una moción o encargarse del acta de una asamblea. «Desde siempre –concluye Goreman– los centros culturales hemos sido lugares de encuentro, plataformas para artistas y centros de intercambio con precios accesibles. Esta pandemia puso en crisis prácticas y conceptos que estaban instalados y que ya no encajan en la sociedad. Por eso creemos que en el cooperativismo está la fuerza que necesitamos para salvarnos entre todos y hacia ese camino estamos yendo».
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Fuente: Revista Acción