Boca Rosa, una cooperativa textil que transforma la realidad de mujeres trans en Gualeguaychú.
La cooperativa sostiene diez puestos de trabajo en las emblemáticas tierras del carnaval donde el taller de costura es una herramienta fundamental de inclusión y formación.
Boca Rosa es la cooperativa textil conformada en su mayoría por mujeres trans que nació en plena pandemia en Gualeguaychú y busca generar vocación costurera como herramienta de inserción laboral.
Gabriela tiene 40 años, vive hace 20 en Gualeguaychú –provincia de Entre Ríos- y trabajó durante 15 en el carnaval. Ese universo de trajes con plumas y lentejuelas fue su escuela en el rubro textil. Y al mismo tiempo fue –es- un rasgo propio de una ciudad que se convirtió en destino elegido por gran cantidad de personas trans y travestis de localidades y provincias vecinas.
“Mi raíz fue el carnaval. Mi tío era un gran artista de mi ciudad de Victoria, Entre Ríos. Me vine a Gualeguaychú por una decisión de mis segundos papás: mi abuela y mi tío. Fueron un poco los que me encaminaron en todo esto”, cuenta Gabriela. Dice que tuvo suerte: que trabajó cuatro años en blanco y que siempre encontró oportunidades laborales. Pero se quiebra “pensando en las compañeras que quedaron en el camino”, y quiere fomentar capacitaciones e inserción laboral como vías de inclusión.
De eso hablaba con su amiga Manuela González en charlas que fueron génesis de Boca Rosa. Única maestra trans y primera funcionaria trans de Entre Ríos, ella es responsable del Área de Género y Diversidad del Municipio de Gualeguaychú. “Cuando asumimos nos metimos de lleno en pensar cómo hacer para que las pibas tuvieran un trabajo, independencia económica. Empezamos a tejer desde el Estado el proyecto de una cooperativa textil. Porque el carnaval fue semillero de compañeras como Gabriela, que han podido llevar adelante una vida económica activa con eso. Pero sólo conocíamos dos o tres compañeras que sabían coser”. Convencer a otras para que se sumaran a aprender fue el primer desafío. La pandemia sólo complicó un poco las cosas, en un ámbito habituado a los obstáculos. “No me atribuyo nada, pero cómo se transforman las realidades cuando estamos nosotras”, sonríe Manuela.
Corte y confección
A Valentina Barbosa le avisó una amiga. “Están por juntarse para hacer una cooperativa”, le dijo. Cuando se sumó a la primera reunión, ni siquiera sabía de qué se trataba. Apenas se enteró que era un emprendimiento textil, le gustó. Llevaba tiempo buscando trabajo, mientras se dedicaba a “hacer la calle. No tenía otra cosa”. Así, durante diez años.
Ahora es una de las que sabe manejar las cuatro máquinas industriales que la cooperativa pudo adquirir gracias a un programa provincial. Mientras espera que se logre la matriculación para avanzar con la producción y vender al público, se capacita en corte y confección, hilvanado y costura. También, en computación. Y tiene una máquina de coser en su casa, para un emprendimiento propio. Hace lo que le encarguen, pero ella apunta especialmente a la ropa para mascotas.
“Boca Rosa es lo más. Tiene las mejores máquinas. Estamos chochas”, se alegra. Y cuenta que las primeras piezas que produjeron fueron toallitas para vender en centros de estéticas. También, banderines multicolores para la municipalidad. Como ella, una decena de personas integra la cooperativa, que debe su nombre a Pequeña Pe, artista referenta del colectivo travesti trans de Entre Ríos, fallecida en circunstancias poco claras. Uno de sus temas se llamaba Boca Rosa.
“Más allá de lo textil, esto sirvió mucho para unirlas, que se conocieran, que compartan un espacio”, resalta Manuela, funcionaria en una ciudad donde estima que hay medio centenar de mujeres trans mayores de 18 años. “Esta es una ciudad diversa por sus orígenes: Gualeguaychú creció a la par de la diversidad. En el desfile de carrozas las creativas siempre fuimos las travestis. Tiene esa cultura LGTB y es un plus que hace que sea un lugar al que las compañeras migran. Acá se sienten contenidas, eso ha permitido profundizar un montón de cosas, laburar con los privados. Tiene ese plus: que es un lugar que las compañeras elijen”.
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Fuente: Agencia Presentes