Una cooperativa produce forraje hidropónico en el norte de Córdoba
Mediante una técnica de cultivo sustentable cuidan el ambiente, promueven la producción local y generan desarrollo económico.
La principal característica del forraje verde hidropónico es que no requiere de la tierra para germinar sino solo de agua. Esta particularidad es la que tomó el abogado y productor hidropónico Víctor Moncada para comenzar a estudiar y desarrollar lo que hoy es el vivero cooperativo de Chuqui Cañada, que sirve para alimentar a los animales de la zona.
Todo comenzó en 2008 cuando Víctor, que es oriundo de Churqui Cañada, viajó al pueblo y quedó impactado por la mortandad de animales a raíz de la gran sequía en se vivió en ese año. Fue el empujón para comenzar investigaciones, capacitaciones y finalmente los ensayos de la alimentación con forraje hidropónico en vacas, terneros y cabras.
Junto a un grupo de productores locales que hoy ya son 30 formaron la cooperativa de trabajo Churqui Cañada y en 2011 construyeron un vivero que hoy tiene 200 metros cuadrados donde producen a escala alimento para el ganado mayor y menor.
Los animales con este tipo de alimentación mejoran su digestibilidad, la producción de leche y se disminuye la mortalidad de las pariciones, explica Moncada. “También hicimos una prueba con caprinos y los resultados son realmente sorprendentes porque dentro de la primera semana aumentan un 40 % la producción de leche y a los 35 días tienen dos kilos más que un cabrito de campo común”.
Triple impacto
La técnica hidropónica permite el cultivo de semillas sin usar tierra y en superficies pequeñas. Además, disminuye el uso del agua en relación a los cultivos tradicionales. “En el vivero de Churqui Cañada tenemos la capacidad de generar alimento equivalente a un campo de 50 hectáreas de alfalfa, considerando que tienen que llover 1200 milímetros para equiparar lo que hacemos en el vivero de 200 metros con ambiente controlado”, explica Víctor Moncada.
Si hablamos de los beneficios de los cultivos hidropónicos, al requerir poca superficie para su desarrollo permite que pequeños productores lo puedan implementar como complemento de la alimentación tradicional. “La clave de la hidroponia está en el uso eficiente del agua. En el vivero se usan cerca de 6.000 litros diarios que se extraen de una perforación, pero se recuperan 3.000”, explica el presidente de la cooperativa. “Este tipo de producción es una herramienta que puede reconvertir zonas rurales marginales, como el norte de Córdoba, donde no abundan las lluvias”, describe Moncada.
Otro aporte central para el cuidado del ambiente es el uso de paneles solares para autoabastecerse energía. “En esta zona las temperaturas suelen alcanzar los 40 grados y teníamos el inconveniente de regularla dentro del invernadero. Mediante el financiamiento del Inaes logramos incorporar tecnología para contar con temperatura y humedad constantes. A esto le anexamos paneles solares para ser independientes eléctricamente porque el costo de la energía era muy alto y hacía inviable el proyecto”.
La cooperativa de Churqui Cañada es claramente un proyecto sustentable que impacta positivamente en la economía regional y apuesta por un modelo de producción en consonancia con el cuidado del ambiente.
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Fuente: Colsecor Noticias