El cooperativismo y la energía eléctrica
Más de mil cooperativas prestan este servicio en toda la Argentina.
En pequeñas y medianas localidades del país, más de mil cooperativas demuestran que los usuarios pueden gestionar sus propias empresas de distribución de energía, de gas, de telefonía, de agua y saneamiento. Pueden brindar Internet, televisión por cable, y todos los servicios que requiere la comunidad. “Son una herramienta para garantizar calidad de servicios en todas las localidades, construir una barrera a los monopolios y sus maltratos, y organizar a la comunidad para autogestionar en democracia la calidad de nuestro hábitat”, sostienen desde Cooperar.
De acuerdo a los datos de esta confederación, más de siete millones de personas en centros urbanos reciben energía eléctrica de cooperativas, que son responsables también de casi toda la electrificación rural del territorio nacional
Omar Malondra es el titular de la Confederación Argentina Interfederativa de Cooperativas de Electricidad (CONAICE) y también preside la Cooperativa Eléctrica y de Servicios Mariano Moreno de 9 de Julio en la provincia de Buenos Aires. Desde esa mirada, destaca el rol de las cooperativas como una herramienta de desarrollo en las comunidades del interior. “Hay que aprovechar ese potencial, porque no hay otra institución, salvo el Estado, que tenga la llegada directa con los asociados como lo tiene una cooperativa. Nuestro padrón de asociados es toda la comunidad, al igual que el Estado municipal”, asegura.
Malondra subraya el papel de la economía social y cooperativa en la generación de empleo. “Cuando fue la crisis de 2001/2002, que explotó el país, fuimos las únicas empresas de capital concentrado que quedamos paradas en la Argentina. No perdimos ni una fuente de trabajo, cuando la variable de ajuste para las empresas siempre son los trabajadores. Y crecimos en personal y lo hicimos responsablemente, encarando nuevos proyectos”.
Por último, indica que el cooperativismo y la economía social representan el 10% del PBI de la Argentina. “En todas sus ramas, tiene una disponibilidad de 15 mil millones de dólares. Es un capital inmenso para hacer cosas. Debemos lograr la capacidad asociativa para hacerlas”, propone.