28 de Diciembre de 2017

La historia de las primeras entidades agrarias

El sector cooperativo rural surgió vinculado con la ola inmigratoria que llegó a la Argentina en el siglo XIX.

 

Las primeras experiencias cooperativas en Argentina se desarrollaron en las últimas décadas del siglo XIX y estaban vinculadas fundamentalmente con la entrada masiva de inmigrantes europeos requeridos por el modelo económico impuesto en el país a partir de la organización del Estado argentino. Ellos aportaron no solo técnicas y procedimientos de trabajo, sino también tradiciones y formas mutuales de organización que introducían ideas de solidaridad y cooperación a través de instituciones en que se agrupaban por nacionalidad, colectividad, fe religiosa, clase social, oficio o actividad. Inicialmente ese movimiento se manifestó con mayor fuerza en la ciudad de Buenos Aires, pero luego se fue expandiendo a otras ciudades y pueblos, y aun al ámbito rural.

 

Estas organizaciones comunitarias les servían a los inmigrantes para agruparse, mantener viva su cultura de origen, ser representados ante el Estado y otros sectores sociales, tener acceso a servicios sociales y educativos y construir liderazgo para las asociaciones privadas, sindicatos, entidades mutuales y partidos políticos de la clase obrera. Pese a sus intentos, el Estado oligárquico no pudo penetrar esas organizaciones, que expresaban valores y actitudes muy diferentes del autoritarismo y paternalismo predominante en la vida sociopolítica argentina.

 

La primera experiencia del sector cooperativo rural parece haber sido una empresa apícola llamada El Colmenar, creada por dos naturalistas franceses en Paraná, Entre Ríos, en 1865. También puede considerarse entre las precursoras a la Sociedad Cooperativa de Seguros Agrícolas y Anexos Limitada El Progreso Agrícola, de Pigüé, provincia de Buenos Aires, fundada en 1898 y que aún continúa operando bajo el nombre El Progreso Agrícola Cooperativa de Seguros Limitada.

 

En 1900, un grupo de colonos judíos traídos al país por la Jewish Colonization Association (JCA) funda en la aldea Novibuco de la Colonia Lucienville (Basavilbaso, Entre Ríos), la primera cooperativa estrictamente agrícola del país: la Primera Sociedad Agrícola Israelita Argentina (Der Ersshter Idisher land-virshaftlijer Farein, en idish en el acta original), que en 1907 cambiará su nombre a Cooperativa Agrícola Lucienville Limitada, con el que funciona hasta hoy. Las operaciones económicas de la entidad fueron inicialmente modestas: encaró la adquisición de bolsas vacías e hilo sisal para envasar la cosecha y poco después la comercialización de pequeñas cantidades de cereales. Simultáneamente, apuntó también a otros aspectos comunitarios, tomando a su cargo la realización de actos culturales, la organización de un centro teatral de aficionados y la formación de una biblioteca. En 1910 construyó un amplio hospital zonal, que años después entregó a una sociedad sanitaria creada a tal efecto.

 

Una vida más justa

A esta entidad le siguieron el Fondo Comunal, de Villa Domínguez (1904); la Unión entre Agricultores, de Urdinarrain (1908); y Palmar Yatay, de Ubajay (1916), en la provincia de Entre Ríos, y la Mutua Agrícola, de Moisesville, Santa Fe (1908); Granjeros Unidos, de Rivera, Buenos Aires (1924); y El Progreso, de Bernasconi, La Pampa; todas ellas creadas a partir de la acción difusora de un grupo de dirigentes comunitarios de las colonias judías entre los que se destacaron Miguel Sajaroff, Miguel Kipen y David Merener. Conocedores del sistema cooperativo practicado en Alemania y Rusia, llegaron al convencimiento de su necesaria introducción en las colonias desde dos vertientes ideológicas diferentes: el idealismo tolstoiano y el socialismo.

 

Desde una lógica diferente, en 1904 se había fundado la Liga Agrícola Ganadera, en Junín (Buenos Aires), la primera de las cooperativas agrícolas «puras» o autónomas, llamadas así por no tener vinculación con otras instituciones. En 1905 se crea la primera cooperativa algodonera en Margarita Belén (Chaco); en 1913, la primera vitivinícola, en Colonia Gral. Roca (Río Negro); en 1915 nace la primera cooperativa frutihortícola, en Concordia (Entre Ríos); y en 1918, la Sociedad Cooperativa de Lechería, de Zavalla (Santa Fe), decana del cooperativismo tambero.

 

Muy tempranamente, el cooperativismo agrario inició un proceso de integración cooperativa que lo llevó a crear federaciones y/o cooperativas de segundo grado. La primera fue la Confederación Entrerriana de Cooperativas, fundada en 1913, que si bien tuvo una vida muy breve fue reconstruida en 1930 con el nombre de Federación de Cooperativas Entrerrianas. En 1922 nace la Asociación de Cooperativas Rurales de Zona Central, en Rosario (Santa Fe), que cambia posteriormente su nombre por Asociación de Cooperativas Argentinas (ACA) y en 1928 se crea la Unión de Cooperativas Ltda. San Carlos,  que agrupó a cooperativas tamberas.

 

Autor: Daniel Plotinsky / Revista Acción

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