Medios, teatro y gastronomía se unieron en Rosario en el "Proyecto Vestuarios".
La Cooperativa de Trabajo La Cigarra desde la producción, un gran colectivo de actores y actrices comandado por Romina Tamburello que trabaja de modo cooperativo y la cooperativa gastronómica El Mejunje, en un proyecto común.
Cooperación entre cooperativas, la unión de esfuerzos que potencia el recurso humano y el conocimiento específico; compromiso, valores y solidaridad son algunos de los cimientos sobre los que se apoyan los pilares de un proyecto asociativo. Esta vez, la propuesta fueron dos obras teatrales y tres cooperativas que se unieron para un plan diferente. Se trata de la versión rosarina del díptico Proyecto vestuarios, del dramaturgo y director porteño Javier Daulte, con dirección de Romina Tamburello y la asistencia de Miranda Postiglione al frente de una gran cooperativa de actores y actrices locales (el teatro de producción independiente trabaja de ese modo desde siempre), en coproducción con La Cigarra Cooperativa de Trabajo Limitada-diario El Ciudadano y El Mejunje, servicios gastronómicos, dado que quienes asistan cada viernes y sábados a ver las obras al espacio provincial Galpón 15 (G15) de la Franja del Río tendrán la posibilidad de consumir comida y bebida al paso a precios muy populares.
Proyecto vestuarios se pudo ver en Rosario durante mayo, los viernes y sábados. Con el auspicio del Ministerio de Cultura de la Provincia, en “Vestuario de hombres” y “Vestuario de mujeres” (ambas obras aptas para mayores de 16 años), la intimidad desenmascara lo oculto en dos instancias: antes y después del partido. Un grupo de hombres y otro de mujeres que integran respectivos equipos de Lacrosse de un barrio de Rosario, un deporte poco conocido y practicado en la Argentina (podría ser cualquier otro), viaja a Hungría para una final mundial. En ese contexto, el amateurismo, casi como una vocación nacional, estalla en la intimidad del vestuario donde más allá de los cuerpos se desnudan también las miserias, rencores y contradicciones frente a lo diferente, a lo que no se quiere ver o confesar, ante una posibilidad de triunfo que, al mismo tiempo, también puede ser una derrota estrepitosa. Y donde perder o ganar es mucho más que llevarse una copa como trofeo.
“En marzo de 2019, luego de una larga charla con Romina Tamburello, actriz, dramaturga, directora de cine y teatro local, le escribí a Javier Daulte, preguntándole por los derechos de Proyecto vestuarios, uno de sus recordados trabajos estrenado hace poco más de diez años, integrado por las obras «Vestuario de hombres» y «Vestuario de mujeres», por entonces, con dos elencos porteño descomunales”, recordó Miguel Passarini, socio de la Cooperativa La Cigarra, jefe de la sección Espectáculos de El Ciudadano y productor de las obras que integran Proyecto vestuarios.
“Proyecto vestuarios”: desnudar la violencia, los cuerpos, las nuevas masculinidades y el feminismo
Y amplió: “Tanto Romina como yo habíamos visto, aunque en diferentes lugares y circunstancias, esas obras donde la intimidad de hombres y mujeres explota a través del realismo más radicalizado. Ella quería trabajar la cuestión de género en el teatro como lo estaba haciendo en paralelo con sus proyectos audiovisuales, «en la ciudad más feminista de la Argentina», como suele decir habitualmente, con un elenco numeroso como también lo había hecho en su último trabajo en ese momento, De cómo estar juntos”.
“Fue así que luego de esa charla, el nombre de las obras surgió de inmediato tanto como las ganas de adaptarlas y montarlas en Rosario, y la posibilidad de sumarme y sumar al proyecto a la Cooperativa de Trabajo La Cigarra Limitada, también, abriendo una nueva puerta al colectivo de trabajadores que integramos la cooperativa que además hace a diario El Ciudadano en relación con la producción y difusión del teatro local, pero sobre todo porque ambas obras transitan temáticas de una agenda compartida con la que lleva adelante el diario desde sus comienzos”, cerró Passarini.
Comida al paso entre ambas obras
El Mejunje tiene quince asociados y es uno de los proyectos de la Cooperativa Communitas, que ofrece servicios de foodtruck, catering, barra y viandas empresariales. “La cooperativa tiene el objetivo de generar trabajo de calidad y genuino. Trabajamos en la inclusión”, dijo Agustina, una de las integrantes.
Las especialidades de El Mejunje son sándwiches de bondiola, de ternera, bocaditos, pizzas caseras con masa integral o tradicional, y súper panchos: todo cuesta alrededor de los 400 pesos, y las bebidas (cerveza, vino, tragos y gaseosas) entre 250 y 300 pesos.
La Cooperativa Communitas funciona desde mayo del 2003 como un centro de día con asistencia de salud. Al lugar llegan personas con problemáticas de sufrimiento subjetivo, padecimientos por consumos, entre otros, donde parte del tratamiento es la integración de las personas en un proceso productivo con salida laboral.
Por ese motivo, desde enero de 2016, se formalizaron otras tres cooperativas que integran el proyecto general: la gastronómica, la cultural y la textil.
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Fuente: El ciudadano