15 de Septiembre de 2022

Mucho más que café

Gestionado por una cooperativa gastronómica conformada por extrabajadoras y extrabajadores del hotel Bauen, el Centro Cultural recupera un espacio clave.

Uno de los espacios fundamentales del Centro Cultural de la Cooperación Floreal Gorini es el bar. Un pequeño sector ideal para el encuentro o la lectura (linda con la librería, otro espacio reabierto recientemente), donde los asistentes a las múltiples propuestas culturales del CCC o los trabajadores de la zona suelen hacer una pausa para tomar un café o resolver el almuerzo,
Tras reabrir luego del confinamiento al que obligó la pandemia, el bar renovó su concesión, que quedó en manos de extrabajadoras y trabajadores del Hotel Bauen, agrupados en la cooperativa Sweet Canela. Ellos, con el apoyo del Instituto Movilizador de Fondos Cooperativos y el banco Credicoop, consiguieron poner en marcha el bar-cafetería que ofrece una variada carta de pastelería, tartas, empanadas y un menú del día.

La presidenta de la cooperativa es Nancy Galván, quien se ocupa de la elaboración de la pastelería y las comidas y estuvo vinculada por más de una década al Hotel Bauen. «Durante la pandemia empecé un emprendimiento en mi casa haciendo pastelería, cajas de desayuno y cumpleaños», cuenta. A partir de un lazo de amistad de muchos años con el ex-Bauen y el Credicoop, surgió la posibilidad de gestionar el bar del CCC, que lleva el nombre de Osvaldo Pugliese. «En este momento somos cinco personas: tres que estamos diariamente y otras dos que vienen para cubrir francos», dice la presidenta.
Un sostén y acompañamiento para el crecimiento de Sweet Canela ha sido, y es, el banco Credicoop. «Con el Hotel Bauen siempre trabajamos con el Credicoop. Por eso cuando armamos la cooperativa abrimos una cuenta en la sucursal 70», afirma Galván.

Atendido por sus dueños
A la hora de comparar el trabajo autogestionado de forma cooperativa o en relación de dependencia, quien toma la palabra es Jacqueline Trejo, síndica de Sweet Canela, ayudante de cocina, cajera y responsable de atención al cliente. «La relación par a par con nuestros compañeros es totalmente distinta, el clima laboral que se genera y el interés que cada uno le pone a lo que realiza. A nivel personal estoy muy contenta, porque somos dos mujeres las que ocupamos los cargos más importantes de la cooperativa», asegura mientras prepara un cortado en jarrito.

Trabajar en cooperativa despierta además la necesidad de capacitarse para poder seguir creciendo. «No tengo más formación que mi experiencia trabajando en cooperativas –señala Jacqueline–, pero obviamente tengo la intención de seguir por este camino y de formarme. La idea que tenemos es la de ir turnándonos y hacernos el tiempo para que todos podamos capacitarnos un poco más».
Franco Trejo es uno de los mozos aunque también se ocupa de la caja, hace las compras y ayuda en la cocina. Antes de llegar a Sweet Canela ya sabía de qué se trataba el cooperativismo. «Trabajé para la Federación Argentina de Cooperativas de Trabajadores Autogestionados (FACTA) con Federico Tonarelli –presidente de la entidad y exvicepresidente del Bauen– en la administración del consejo, haciendo trámites y tareas administrativas y a partir de ahí me ofrecieron formar parte de esta cooperativa», cuenta.
Ante la variada oferta gastronómica de la Ciudad de Buenos Aires, el bar del CCC ofrece algo diferente. «Lo más destacado de este lugar es la producción propia, es lo que más resaltan los clientes», dice el mozo. En la barra se exhiben tortas, brownies y budines elaborados en el día y de manera artesanal. La otra ventaja del bar Osvaldo Pugliese es que se trata de un sitio atendido por sus propios dueños. «No es lo mismo que ir a una franquicia de esas que ahora están por toda la ciudad donde los empleados cumplen su jornada laboral mirando la hora para irse a su casa, donde por ahí es mejor que no venga nadie para que sea más liviano el trabajo –concluye Franco–. Acá todas y todos estamos expectantes, con ganas de recibir gente y que se vayan contentos así vuelven a venir».

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Fuente: Revista Acción