09 de Febrero de 2023

Una década de Muchas nueces: «No nos adaptamos al ambiente, lo hacemos junto a otrxs»

La editorial cooperativa crece de la mano de libros infantiles, para adultos y en conjunto con otras experiencias autogestivas. «De a poco fuimos armando una red de alianzas», dijeron a ANSOL.

Muchas nueces es una editorial cooperativa, un colectivo autogestivo de creación de obras literarias y artísticas, generalmente infantiles. ANSOL entrevistó a Lucía Aíta, editora y secretaria de la cooperativa; a Melisa Wortman, editora, y a Gonzalo Miranda, también editor y tesorero de Muchas nueces. El recorrido en la década que llevan activos, el uso de nuevos códigos del lenguaje, la alianza con cooperativas del sector los proyectos a futuro.

Ansol: -¿Cómo fueron los inicios de la cooperativa?

Lucía Aíta: -Muchas Nueces tuvo varios inicios y etapas como cooperativa. El origen fue un deseo de hacer juntes por parte de tres integrantes actuales que se conocieron estudiando autogestión. Una escribió un cuento para las infancias, otro sabía de armado de cooperativas y un tercero estudiaba edición de libros. Esos tres integrantes llamaron a amigues de distintas artes y lograron convocarlos e interesarlos. Ahí comenzaron entre todes a juntar dinero en formas colaborativas (peñas, ollas populares y venta de papel para reciclar). Mientras tanto, también se iniciaron los trámites para constituirse como cooperativa de trabajo y se producían los dos primeros libritos (escritos, ilustrados y editados por lxs socixs).

-¿Cuántos asociados tiene hoy?

Gonzalo Miranda: -Somos diez asociades. Esperamos, pronto ser más. En el mundo editorial las empresas suelen ser muy pequeñas en cantidad de trabajadores, ya que está instalado un sistema muy “del trabajo freelance”, así que existen centenares de editoriales de una sola persona, monotributista, que terceriza la mayoría de los trabajos. En nuestro caso, la idea siempre fue poder contar con un equipo que pueda editar, revisar, diseñar, maquetar, e incluso ilustrar y escribir si es necesario o tenemos ganas (por ejemplo, el libro Esa tal crisis, un cuento que a través de la ficción nos cuenta desde los ojos de una niña cómo fue el 2001 en Argentina, y está completamente hecho por socies de la cooperativa).

-¿Qué cambios vivieron en estos diez años?

Lucía Aíta: -Los cambios durante estos diez años fueron muchos y muy buenos. Hubo compañeras que se sumaron con el arte del “cachorreo” (como le decimos a la corrección), la ilustración y la edición. Ahora también se sumó una compañera librera en la tarea de distribución. Nos fuimos volviendo más profesionales muy de a poco y colectivamente. Las compañeras que más saben del proceso editorial ayudan mucho al resto. En distribución, comenzamos muy a pulmón y ese compañero que es también el tesorero lleva diez años en la tarea.

De a poco fuimos armando una red de alianzas con librerías y ferias. Cambiamos también en que ya no hacemos sólo libros para infancias, sino también libros que llamamos “urgentes” y que creemos necesarios para lxs adultxs que rodean a esxs niñxs. En ese sentido, nuestro catálogo también fue cambiando según lo que nos urgía: temas identitarios, ambientales, poesía o novelas fueron llegando y generando mutaciones en la editorial según el año que atravesábamos. El crecimiento de estos diez años vino acompañado también de nuevas redes de articulación con espacios como Infancias Libres, Editoriales Cooperativas y TYPEO (Territorio y Producción Editorial Organizada), entre otros.

-Hablando de cambios, ¿tuvieron que cambiar su forma de escribir en algunos momentos? Por ejemplo, con el lenguaje inclusivo.

Melisa Wortman: -Cambiamos para crecer en acuerdos y en posibilidades de hacer con amigues, y también cambiamos en el sentido de mutar. No nos adaptamos al ambiente; hacemos el ambiente con otrxs. Y como nuestra tarea es el decir (con palabras e ilustraciones, hacer un recorte en el mundo y elegirlo para multiplicarlo), estamos muy atentxs a las formas en que el lenguaje como código común puede ir mutando. El lenguaje no binarie era una herramienta que teníamos en nuestras comunicaciones internas y públicas, pero no había una exigencia de uso para nuestrxs autorxs. Sin embargo, algunxs empezaron a llegar con ganas de problematizar la cuestión o con los textos trabajados con “x”, con “e” o con “@” (nuestro libro Seda Metamorfa, de Ana Ojeda, tiene una propuesta muy cuidada en este sentido).

De a poco fuimos llegando a una política muy flexible (digamos que no hay una “hoja de estilo” estricta) en la que sugerimos un uso estandarizado de la “x” o la “e”, según el tipo de texto, y/o la posibilidad de hacer un uso mezclado de los géneros. La “x” como opción pone en manos de le lectore la tarea de hacerla sonora, hace necesaria la resolución activa de reemplazarla por una vocal. Eso nos parece un gran regalo para nuestrxs lectorxs, un gesto pequeño desde el que les invitamos, les hacemos partícipes, y que permite más y más lecturas de nuestros libros.

-¿Cómo es el proceso para escribir un libro infantil y un libro para adultos?

Melisa Wortman: -Hacer un libro es hacer un mundo. Alguien trae una idea, un texto, un universo simbólico, una estética, unas ganas de hacer algo para alguien. Nosotrxs a veces salimos a la pesca de esas ideas, aunque en la mayoría de los casos, los proyectos nos vienen a buscar. Y ahí, una vez que identificamos junto a lxs autorxs e ilustradorxs qué queremos hacer y para quién, ayudamos a que todo eso que anda suelto en carpetas y bocetos vaya tomando forma. Nosotrxs no llamamos a eso “editar”. Lo llamamos “colibrear”. Co-hacemos libros.

Une socie de la cooperativa se convierte en el o la “colibrí” de ese proyecto, y es quien coordina todos los procesos: las decisiones macro, el diseño editorial, el cachorreo (esto es lo que se suele llamar “corrección”, pero nosotrxs somos erroristas… no creemos que haya una categoría correcto-incorrecto y, si la hay, no nos interesa velar por ella… pero sí les hacemos mimos a los libros, les damos lengüetazos/pinceladas que hacen que se lean más lindo). Hacer un libro para adultos lleva los mismos pasos, sólo que a veces (y sólo a veces) los universos a los que nos invita la tarea no son tan mágicos y divertidos como cuando estamos dialogando con las infancias.

-Hablando metafóricamente, ¿en qué lugar está hoy Muchas Nueces?

Gonzalo Miranda: -En 2022, cumplimos 10 años. Hablando metafóricamente, las nueces que plantamos germinaron, empezaron a crecer, se van acomodando las raíces, están creciendo algunas ramitas y quién te dice que este 2023 puedan salir las primeras flores… ¿y por qué no algún fruto?

-¿Van a estar presentes en la nueva edición de la feria del libro? ¿Qué significa eso para ustedes?

Gonzalo Miranda: -Sí, efectivamente este año estaremos en la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires por partida triple: en el stand Infancias Libres, que fundamos en 2018 junto a la cooperativa Chirimbote; también en el stand que este año, por primera vez, tendrá el INAES para visibilizar a todas las editoriales cooperativas del país; y, por último, en el stand de la cooperativa de provisión de bienes y servicios TYPEO, una cooperativa que acabamos de fundar junto a otras nueve editoriales. Desde ahí buscamos pensar las problemáticas que tenemos en común para articular y buscar soluciones colectivas (poder estar en las ferias internacionales, exportar, comprar papel, etc.).

-¿Trabajan en conjunto con otras cooperativas?

Gonzalo Miranda: -Con la cooperativa Chirimbote tenemos varios proyectos estratégicos juntes: el stand en la Feria del Libro, la publicación del libro Vivas nos queremos (donde se difunde las obras de la campaña gráfica VNQ contra la violencia machista), el año pasado hicimos juntes la ilustración y diseño del Manual de Educación Cooperativa del área de Educación del INAES. Chirimbote es una cooperativa hermana.

Por otro lado, tenemos relación y activamos con varias cooperativas: en la cooperativa La Libre, la librería de San Telmo, siempre nos hicieron sentir como en casa cuando llevamos libros, cuando armamos movidas, e incluso siempre es nuestro lugar seguro en momento de manifestaciones políticas en el centro de la ciudad de Buenos Aires. La cooperativa Esquina Libertad siempre se encarga de hacernos los flyers, afiches y catálogos y mientras esperamos que los hagan nos invitan a imaginar futuros sin rejas para los sueños. Después pensamos y articulamos junto a varias editoriales cooperativas: Madreselva, La Minga, El Zócalo, Hotel de las Ideas, Patria Grande, 7 Sellos, etc.

-¿Cuáles son los proyectos a futuro?

Gonzalo Miranda: -¡Son un montón! En principio, esperamos este año terminar de ponernos al día con el plan editorial (que se retrasó durante la pandemia y post pandemia). En ese sentido el 18 de marzo, desde las 18 vamos a hacer la presentación del plan editorial 2023 junto a autorxs, ilustradores y amigues en la nueva sede de la cooperativa: Maza 167. Este año siempre desde la ficción vamos a publicar títulos que abordan temáticas que creemos que afectan a las infancias y no siempre tienen herramientas para pensarlas elles mismes: el trabajo doméstico no remunerado, la modificación genética de los alimentos y un largo etc.

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Fuente: Ansol