Entendemos a la comunicación como una herramienta de transformación y un servicio público. Partiendo desde esta definición, es que sostenemos que la información es un bien social y no una mercancía. Aspiramos a desarrollar una comunicación capaz de interpelarnos como ciudadanos, desde una postura crítica y siempre pensando sobre la ciudad que queremos: una ciudad socialmente integrada, ambientalmente sustentable y con distribución equitativa de la riqueza producida por el trabajo. Entendemos que esa redistribución no concierne sólo a cuestiones materiales, sino también inmateriales. Y es justamente a través de la cultura y la educación que el ser humano se siente integrado a una ciudad, porque se lo contempla en toda su integridad.