El cultivo de hongos de forma agroecológica
Una cooperativa reúne a productores del norte de la provincia de Buenos Aires.
“La idea fue unirnos para hacer compras conjuntas y fortalecer las diferentes etapas productivas para tener mayor escala. Invertimos mucho tiempo, trabajo y dedicación y pudimos lograr ese objetivo”. Así relata Ignacio Tirelli, productor asociado a la Cooperativa de Productores de Hongos Comestibles Aldea, el comienzo del proyecto dedicado a cultivar setas que se comercializan frescas, secas, en polvo y en conserva. Gírgolas y ganoderma (más conocido como reishi, un hongo con propiedades medicinales) son las principales variedades cultivadas, aunque también producen shiitakes, champiñones, hongos de pino y portobellos.
“La producción de hongos es una actividad que implica muchos sacrificios, porque se trabaja con seres vivos muy sensibles que pueden ser afectados por diversos factores –revela Tirelli–. Si la temperatura y la humedad no son las adecuadas, si te equivocás con la pasteurización, si la semilla no está bien producida, corrés altos riesgos con la cosecha. Y la rentabilidad es baja. Por eso, una de las mejores formas de enfrentar esos riegos es produciendo bajo el paraguas del cooperativismo”.
Aldea está formada por 12 productores que trabajan unidos para potenciarse, oriundos de las localidades bonaerenses de Exaltación de la Cruz, Marcos Paz, Olivera, Carlos Keen, Mercedes, Moreno, General Rodríguez, Luján, Pilar y Avellaneda. Luego de producir de manera individual, en pequeñas escalas, se animaron a asociarse para hacer compras conjuntas y así poder avanzar en todo el proceso productivo. Con el paso del tiempo, y con mucho esfuerzo, instalaron una planta de procesamiento en Mercedes e invirtieron en dos invernáculos.
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