05 de Noviembre de 2021

Fincas El Paraíso, una muestra más de que la agroecología es sostenible y sustentable.

Hace seis años, un ingeniero agrónomo y una economista decidieron apostar a la tierra y producir alimentos de forma amigable con la salud y el ambiente. Lo hacen a partir del financiamiento de familias y productores que apuestan a un cambio de modelo.

Diversas organizaciones militantes, activistas e incluso el propio Estado —con intereses diversos bajo lemas similares— hablan de lógicas productivas “sostenibles” y “sustentables”. Pero, ¿qué implican estas palabras en los hechos, a la hora de plantar la semilla y levantar la cosecha? Noelia Prieto es licenciada en economía y Gonzalo Rondini es ingeniero agrónomo. Hace seis años decidieron volcarse al trabajo en el campo, específicamente hacia la agroecología. Así fue como comenzó la historia de Fincas El Paraíso, un proyecto localizado en la provincia de Buenos Aires, que busca inversores que quieran financiar la elaboración de alimentos sanos.

Actualmente, Prieto y Rondini alquilan campos en Trenque Lauquen, Pehuajó y 9 de Julio, en el oeste bonaerense, a unos 450 kilómetros de la Ciudad de Buenos Aires. Allí se cultivan cereales de invierno como trigo, centeno y cereales de verano como mijo y trigo sarraceno. Lo cosechado es transformado en harina en su propio molino, donde también fabrican pastas. «Lo hacemos de manera natural, agroecológica y sin aditivos. Somos apasionados de la producción de alimentos», cuenta con entusiasmo Nicolás. Agrega que además producen hortalizas y ganado «para armonizar el sistema y para obtener materia prima para la fabricación de bioinsumos».

Fincas El Paraíso funciona como un fideicomiso, una forma de contrato mediante el cual las partes se comprometen a utilizar los fondos con un objeto específico. En este caso, la producción de alimentos. El fideicomiso cuenta con los aportes de familias que destinan sus ahorros al proyecto. La empresa da trabajo a diez personas de manera directa y otras cincuenta de forma indirecta. La producción se extiende sobre 370 hectáreas.

Desde su perspectiva como economista, Noelia sostiene que en la agroecología «los rindes de los cultivos son inferiores a la producción convencional», pero advierte que «el costo de producción por hectárea disminuye muchísimo al no utilizar agroquímicos». La productora cuestiona a quienes dicen que el agro con transgénicos y agroquímicos rinde más y por eso la agroecología no sirve: «deberíamos ver el neto y no el bruto», pone en términos económicos y agrega: «Para que los rindes sean mayores, el modo convencional usa fertilizantes, pero nosotros no lo hacemos porque es un gran estrés para la tierra. Queremos que los productos tengan calidad».

Es precisamente en este punto donde las palabras «sustentable» y «sostenible» adquieren todo el peso de su significado. Para quienes hacen Fincas Paraíso, se trata de analizar la sustentabilidad ambiental, social y económica. «Invitamos a analizar la sostenibilidad ambiental: generamos vida en el suelo, un ecosistema que no se pone en valor económico porque hoy no hay personal capacitado para hacer esa medición», señala Noelia en materia de «sustentabilidad». El cuidado del suelo es prioritario, es literalmente la base a partir de la cual la calidad del producto está asegurada. Y propone una clave para pensar la sustentabilidad ambiental: «Que todo lo que va sobrando se regenere; alargar todo lo que se puede el ciclo de vida de lo que la naturaleza nos da».

--------
Fuente: Agencia Tierra Viva