06 de Julio de 2023

Turba, harina agroecológica en el corazón del modelo transgénico

Otro Costal. En la zona núcleo bonaerense, una joven cooperativa se lanzó a cultivar trigo y centeno agroecológico en el periurbano de Pergamino, donde la lucha social alejó las fumigaciones.

La cooperativa de trabajo Turba elabora harina agroecológica de trigo y centeno en la localidad bonaerense de Pergamino, núcleo del agronegocio. Sus inicios se remontan a 2019, cuando un grupo de jóvenes se conoció en una capacitación en agroecología y, poco después, se lanzó a producir en tierras ubicadas en el periurbano local, zona de exclusión para agrotóxicos. Hoy su harina "Otro costal" hace pie en la ciudad de Buenos Aires, el conurbano bonaerense, Mar del Plata y Rosario, y la empresa de la economía social emplea a nueve personas. 

La mayoría de quienes integran la cooperativa Turba vienen de diferentes disciplinas y esta es su primera experiencia productiva. “Cuando empezamos aún no se hablaba de trigo transgénico, pero sí estaba el problema de los agroquímicos”, dice Lucila Muñecas, integrante de la cooperativa. Fue entonces que surgió la idea de tener un molino propio para hacer la transformación y el agregado de valor. Como productores en la zona núcleo del agronegocio otro problema que enfrentaron fue conseguir contratistas que hicieran el servicio de cosecha. “En la zona donde sembramos no es fácil conseguir a alguien para hacer un trabajo en solo 16 hectáreas, que era lo que alquilábamos al principio. Entonces nos asociamos con el productor de un campo vecino y lo solucionamos”, recuerdan.

En la temporada 2022/2023 produjeron en siete hectáreas: la decisión de reducir la superficie fue porque la sequía no prometía un buen año. “Fue una muy mala campaña obviamente para todos. No tenía nada que ver si hacías agroecología o no. Para este año vamos a destinar aproximadamente unas 30 hectáreas para el cultivo de trigo y de centeno”, explican.

Si logran el rendimiento esperado podrían cosechar entre 25 y 30 quintales de trigo por hectárea. En cuanto al centeno, diez hectáreas rinden 15 quintales, unos 15.000 kilos. “Esto es con la expectativa de que llueva de forma óptima y de que cambie la condición actual. De volver a tener un año como el anterior, los números cambian brutalmente”, dice Muñecas.

La harina de trigo de Turba es 100 por ciento integral: lo que sale del campo, se muele y se empaca. También ofrecen una harina integral fina, más tamizada y con menos salvado. Es un poco más cara, explican, porque tiene más descarte, más tiempo y más trabajo. Respecto al centeno, también venden una totalmente integral y otra integral fina. Además, están en tratativas con un molino de la zona para hacer harina blanca agroecológica. “Nuestro molino es de pequeña escala, tiene el tamaño de una heladera. Hasta ahora venimos moliendo a destajo. Cuando tenemos una serie de pedidos molemos, empacamos y mandamos”, cuentan desde Turba.

Los productos se comercializan en Pergamino y en localidades aledañas: Rojas, Arrecifes. También se venden en Rosario, en la ciudad de Buenos Aires y en el conurbano bonaerense. Los canales de venta son, principalmente, organizaciones de la economía social como Todos Comen o Alimentos Cooperativos y las cadenas de comercialización de la Unión de Trabajadores de la Tierra (UTT) o el MTE Rural. En Pergamino venden mucho de forma directa con bolsones de tres a cinco kilos. Y —comentan— están tratando de implementar esa misma modalidad en CABA y Rosario.

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Fuente: Agencia Tierra Viva

M.T:—Cuando se habla de alimentación se suelen poner todos los focos en producir más. Pero si no existe justicia social, que garantice el derecho al consumo de la población, no es posible una alimentación saludable. En un país con más del 50 por ciento de pobres, raramente vas a lograr el derecho a la alimentación saludable. Hay una política de concentración del poder y de las tierras que lo que hace es reafirmar que esto siga así.